Islas
Las islas no podían flotar ya en océanos con más plástico que agua. Un día armaron el terremoto más feroz que la historia recuerda y se empujaron unas a otras para lanzarse por los aires y llegar hasta el cielo. Ahí también había mugre pero los tóxicos gaseosos no ocupan tanto espacio como las botellas de lejía vacías en el mar. Las islas se quedaron a vivir en el espacio aéreo y volvieron locos a los controladores. Pusieron férreos controles aduaneros y no dejaron pasar a un solo humano. La naturaleza, por fin, estaba a salvo. |