El astronauta
En 1967, los rusos construyeron una nave espacial para enviar a tres cosmonautas allí lejos, al universo. En nueve metros cúbicos colocaron tres asientos diseñados como un híbrido entre una cuna de bebé y una bañera diminuta. Ahí metieron a los tres astronautas y los mandaron rumbo a ese cielo donde ya no hay oxígeno. En el puesto del centro de la cápsula Soyuz iba el comandante. A la izquierda, un ingeniero. A la derecha, un pasajero. Todos llevaban una escafandra por si se hacía un agujerillo durante el vuelo y el poco aire respirable salía volando. Es difícil imaginar más claustrofobia en menos espacio. |