La casificación de la mujer
Después de prohibir el hombre-sándwich apareció un nuevo soporte de publicidad: la mujer-inmobiliaria. Las grandes corporaciones del ladrillo soñaban con volver a forrarse y, para ello, hicieron una primera inversión en una neoconsultora de pospublicidad que tenía inscrito en sus posavasos: ‘Pídenos un bum y nosotros creamos la burbuja’. Después de muchos millones de euros, el ente pospublicitario, dirigido por Kely Konway, les recomendó una campaña de ‘moda alternativa’: «Hagan de los vestidos-casa algo sexy. Y si las feministas reniegan, les diremos que no estamos cOsificando a la mujer. La estamos cAsificando, y que no se quejen, que encima estamos aumentado su valor de mercado». |